Un nuevo paradigma en el génesis de las enfermedades
.Estamos inmersos en una revolución genética en la explicación de las enfermedades. No hay día que pase sin que veamos en las noticias que se ha descrito que este o aquel gen está relacionado con la enfermedad de turno. Pero este modelo, ya ampliamente establecido, que intenta explicar la génesis de las enfermedades mediante la dicotomía GENES-MEDIO AMBIENTE está definitivamente cojo. Le falta la tercera pata del trípode: la epigenética. Sin embargo, no creo que vaya a ser fácil inculcar el nuevo modelo a los profesionales de la salud, sobre todo a los de la vieja escuela, aquéllos que estudiaron como dogma lo mendeliano, y a quiénes el modelo de herencia poligénica les parece alquimia…

Pero volviendo de nuevo al tema que nos concierne, es un hecho comprobado que nuestro genoma va acumulando cambios en los patrones de metilación a lo largo de la vida. Esto explica, por ejemplo, las diferencias entre gemelos, que nacen con un genoma y un epigenoma totalmente idénticos, pero que con el paso de los años se diferencian cada vez más en los cambios a nivel epigenético, pudiendo presentar diferente estatura, complexión física, enfermedades… Pero también podría explicar por qué la oveja Dolly presentó prematuramente problemas de diabetes u obesidad. El proceso de clonación fue impecable en lo respectivo a los genes, pero no consiguió revertir los cambios epigenéticos acumulados en el animal clonado.
De este modo, la investigación intensiva en epigenética dará luz a la explicación de muchas enfermedades que hoy día se consideran idiopáticas, o de causa poco conocida, como la esquizofrenia o la artritis reumatoide.
Han quedado en el tintero muchísimas cosas, no os creáis que la epigenética dejará este blog con facilidad… Es un cambio importante de enfoque. La manipulación genética que muchos claman como eugenesia puede dejar paso a una manipulación menos peligrosa, reversible y comprensible, que nos lleve a salvaguardar la salud y tratar la enfermedad de manera más prudente y lógica. La epigenética centra el enfoque en el desarrollo de la persona, en la ontogenia, dejando a un lado el determinismo radical. El individuo nace (genética), pero también se hace (modulando la epigenética). Adquiere así la mayor de las vigencias la sentencia de Humberto Maturana: “El genoma humano no hace un ser humano, sino un ser humanizable“.